martes, 8 de diciembre de 2020

HOMBRE LIBRE

 Un hombre libre es aquel que no se deja llevar a cabo por las pasiones, que guarda el pleno control sobre sus actos y pensamientos; que controla sus instintos y aleja de sí la envidia y el odio; quel que es capaz de triunfar, sin que la fama ciegue su entendimiento y envilezca su alma.

Aquel que encuentra gratificación en el deber cumplido, sin esperar alabanzas ni reconocimientos; es hombre libre aquel que no necesita de galardones, títulos u honores, porque sabe valorarse a sí mismo con la humildad que da la sabiduría.
Es libre porque la ofensa del miserable no puede alcanzarlo, y con misericordia es capaz de perdonar la ignorancia.
Es libre cuando el peso del fracaso le sirve de experiencia y no de excusa, y confiado en el futuro reinicia su obra constructora; siendo así, es reconocido como Masón.- J.R.M

martes, 20 de agosto de 2013


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Coordinación: Claudia Bueno / Lupita Bueno

lunes, 29 de octubre de 2012

lunes, 16 de julio de 2012

SINCRONICIDAD...

La sincronicidad, es un evento que sucede fuera del tiempo y del espacio: sucede en otra dimensión. Lo trata de explicar la teoría de los campos morfogénicos, la Resonancia Mórfica y la Interconectividad, referida a fenómenos de la física cuántica, en los cuales se ha comprobado que no existe "separatividad” entre las cosas. La sincronicidad ocurre porque simplemente formamos parte de un campo unificado aunque todavía no hallamos formulado matemáticamente su existencia; es lo que la comunidad científica intenta desempolvar desde hace varias décadas. Por otra parte uno de los elementos más dinámicos de este campo unificado es la sincronicidad que conecta a las unidades implicadas más allá de la tridimensionalidad en la que vivimos y nos orientamos de modo consciente. Acuñan el término de "sincronicidad” Carl G. Jung y el premio Nobel de física Wolfgang Pauli. A Pauli le atraía el asunto porque se sentía perseguido por singulares coincidencias, sucesos que sus colegas, malignamente, denominaban "efecto Pauli”. Pauli, físico más bien teórico que experimental, pasaba poco tiempo en laboratorios, pero cuando lo hacía, acontecían inexplicables roturas de aparatos o imprevistas averías de instrumentos. Estos sucesos ocurrían con mayor frecuencia de lo que la mera casualidad podía explicar. Ni siquiera tenía que suceder el incidente junto a él, bastaba con que estuviera presente a diez o veinte metros. Jung y Pauli concluyeron que existían dos clases de principios de conexión en la naturaleza. El primero era la causalidad ordinaria, lo que la ciencia normalmente estudia. Esta causalidad se estructura de forma lineal: si A causa B, entonces para que se dé B, debe ocurrir primero A. El otro principio de conexión era el a-causal. Este principio fue denominado por Jung y Pauli "sincronicidad” porque asumieron que, contrariamente al principio de causalidad, los acontecimientos a-causales se estructuraban en el espacio y no necesitaban para relacionarse el concurso del tiempo. O lo que es lo mismo: la sincronicidad admite que dos hechos se relacionen simultáneamente. Su lógica, si de lógica puede hablarse, es la lógica de la psique profunda, la lógica que sólo se halla en los sueños y en los mitos. Cierto día, en Zurich, analizando Jung con una paciente un sueño de ésta última, y que se relacionaba con el regalo de un escarabajo de oro, algo golpeó en la ventana de su gabinete. Jung fue a ver qué era y al abrir la ventana penetró en el cuarto un escarabajo, un scarabeide cetonia aurata, lo más próximo a un escarabajo de oro que puede encontrarse en nuestras latitudes, especie emparentada con el mítico escarabajo de oro egipcio motivo de los sueños de su paciente y objeto de las actuales reflexiones del psicólogo.. La sincronicidad, denominado por la mayoría de las personas como "casualidades” es el principio que rige esa serie de circunstancias y acontecimientos que nos pasan en el momento justo, en el lugar idóneo, en la situación perfecta. Cuando sin saber porque las cosas nos llegan cuando las necesitamos, nos encontramos con alguien que nos resuelve un problema cuando acabamos de pensar en el, o aparece la puerta abierta perfecta para el siguiente paso tras haber completado el anterior, eso es la sincronicidad. La sucesión de acontecimientos sincronizados en pos de un objetivo marcado, consciente o inconsciente, que tachamos de casualidades porque nos sorprende que todo este ocurriendo de forma tan perfecta y lineal. Ejemplos de sincronicidad La sucesión de acontecimientos que llegan a nosotros en el momento en que necesitamos que lleguen es infinita. Si estamos dándole vueltas a un tema que nos preocupa y de repente un amigo nos deja un libro de forma totalmente espontánea que nos proporciona la información buscada, si queremos conseguir un determinado objeto y oyes una conversación entre dos personas hablando de la tienda en la que acaban de traerlo, si resulta que estamos pensando secretamente en cambiar de trabajo y un compañero comenta que ha oido que en la empresa tal buscan alguien, etc. Todo aquello que marcamos como casualidad forma parte del mundo de la sincronicidad. ¿Cómo funciona? La sincronicidad tiene una analogía con lo que explicamos no hace mucho del funcionamiento de la ley de la atracción. Como decía Paulo Coelho en El Alquimista: "cuando deseas algo, todo el universo conspira para que lo consigas". El modelo siguiente, descrito por Aarón Murakami, nos puede ayudar a comprenderlo mejor: Este modelo se basa en tres factores: nuestro pensamiento consciente, nuestra mente subconsciente y la mente inconsciente colectiva. El pensamiento consciente es el conjunto de nuestra actividad mental diaria, la mente subconsciente es nuestra mente automática de la que no somos conscientes, la que absorbe todos los datos que le llegan sin discriminar y ejecuta sus propios procesos lógicos de razonamiento. Es también el mediador entre la mente consciente y el inconsciente colectivo. Finalmente, el inconsciente colectivo es la mente infinita que contiene toda la información en el pasado, presente y futuro de todas partes, de todas las personas. Si nos fijamos en el diagrama, vemos que hay cuatro personas (A, B, C, y D). "C” no está indicado como tal, pero es la persona en la parte superior del diagrama. Los semicírculos son las mentes subconscientes y el círculo externo es la mente colectiva, conocida por muchos nombres en las diferentes filosofías, literaturas y religiones. Finalmente la línea de puntos exterior indica que no existe frontera para la mente colectiva, abarca todo y a todos sin excepción. Bien, veamos. Si la persona A tiene un deseo X, su pensamiento "normal” es obviamente consciente del deseo. Por ejemplo, digamos que el deseo es un coche específico: un Honda Accord con 100.000 kilómetros y por menos de 2000 euros. Además queremos que sea de color azul. La mente subconsciente de A toma este deseo X y lo implanta en la inconsciencia colectiva. X no sólo representa el deseo total sino además cada detalle en el cual se pueda descomponer nuestra petición. De forma paralela, la mente subconsciente de cada ser humano está continuamente explorando activamente la inconsciencia colectiva buscando cualquier cosa con la cual resuene, es decir, cuya frecuencia vibratoria sea la misma que la del deseo expresado. Pongamos ahora que la persona C tiene este Honda Accord. Tiene casi 110.000 kilómetros y lo quiere vender por 1950 euros, y además es azul marino. El subconsciente de C detecta el deseo del subconsciente de A, y se fija al mismo. En estos momentos, ambas mentes están enganchadas. Ahora, ¿cómo ejecutar las sincronicidades necesarias para que el coche pase de C a A? Las mentes subconscientes de A y C influenciaran el pensamiento consciente de sus respectivas personalidades para hacer aquello que sea necesario para A y C que graviten el uno hacia el otro. Sabiendo que C quiere vender el coche y que ha puesto un anuncio en el sitio tal, A influenciara a su mente consciente para que se acerque a mirar ese anuncio, como si fuera una idea implantada en la cabeza de A que aparece de repente. Es probable que A este mirando coches en decenas de lugares a ver si encuentra lo que busca, pero su mente subconsciente le está intentando guiar hacia un lugar determinado donde sabe que esta lo que desea. Cuando A hace caso de esa idea que le vino a la cabeza y se va a ese lugar, tachan, el anuncio del coche de sus sueños está allí colgado. Vaya casualidad, ¿no? pensara A. En realidad esto que parece tan fácil, y que podemos dar por un modelo valido de funcionamiento, depende en gran medida de dos cosas: cuanta "potencia” tenía nuestro deseo cuando fue emitido y creado por nuestra mente subconsciente para que la mente colectiva lo detectara y otras mentes pudieran "leerlo”, y cuanto caso hacemos a las "ideas” que nos vienen a la cabeza de repente cuando queremos conseguir algo. Nassim Haramein explica en su teoría el significado de las sincronicidades como la forma en que el Universo en su vacío –agujero negro- se autorregula; reciba toda la información, la coordina y responde. Cuanto más sepas acerca de la sincronicidad, más "coincidencias” ocurrirán en tu vida y mas podrás beneficiarte de este poder. Creas tu realidad pero tu realidad también te crea a ti.

lunes, 12 de diciembre de 2011

ENTENDER EL CEREBRO MASCULINO




LOUANN BRIZENDINE
DOCTORA EN MEDICINA,
NEUROPSIQUIATRA Y NEUROBIÓLOGA.
ES AUTORA DE LA OBRA DE GRAN ÉXITO
EL CEREBRO FEMENINO.
ESTE ARTÍCULO ESTÁ EXTRAÍDO
DE SU ÚLTIMO LIBRO
EL CEREBRO MASCULINO


Las mujeres suelen quejarse a menudo de que los hombres no comprenden las emociones, que no les interesan o, como mínimo, que no saben expresarlas. Los hombres por su parte, creen que las mujeres son demasiado emocionales. ¿Qué hay de cierto en todo esto? Estudios recientes aseguran que hay una razón biológica que explica esta diferencia, y que se encuentra en el cerebro.
Hasta muy recientemente, se creía que las diferencias en el modo de sentir y expresar las emociones entre hombres y mujeres se debían solo a la educación. Y, a decir verdad, el modo en que nos educan puede reforzar o inhibir ciertas partes de nuestra biología básica. Pero ahora sabemos que el procesamiento emocional del cerebro masculino difiere del femenino. Los estudios indican que el cerebro tiene dos sistemas emocionales que funcionan simultáneamente: el sistema neuronal especular (SNE) y el sistema de la unión témporo-parietal (UTP).
El SNE es una agrupación neuronal que forma parte del sistema límbico. Se trata de una parte autónoma del cerebro (como la amígdala, la hipófisis o el hipotálamo) de cuya existencia no se tuvo constancia hasta los años 90, cuando fue observado por un equipo de investigadores de la Universidad de Parma (Italia). El SNE se sitúa en la parte más profunda y central del cerebro. Es el sistema empático emocional del “siento lo mismo que sientes tu”, por eso las neuronas que componen este sistema son conocidas como “neuronas espejo”. A partir de la lectura de las expresiones faciales, la interpretación del tono de voz y otras pistas emocionales no verbales, el SNE permite sincronizar con las emociones de los demás. Y en el cerebro femenino es más amplio y se encuentra más activo.
El UTP, por su parte, se localiza en el área de unión del lóbulo temporal y parietal del cerebro, es decir, en la zona de la corteza que recubre las partes más profundas del cerebro. Es un buscador de soluciones que aúna los recursos del cerebro con el fin de resolver problemas inquietantes, teniendo en cuenta la perspectiva de las otras personas implicadas. Durante la interacción emocional interpersonal, esta zona se encuentra más activa en el cerebro masculino, se estimula más rápidamente y se apresura a buscar una solución más rápida y práctica.
Imaginemos a una pareja que conversa. La mujer está preocupada por un problema laboral, relativo al exceso de trabajo y a la falta de compañerismo, y el marido la escucha. Si pudiéramos escanear el cerebro de él mientras ella se queja y se echa a llorar, veríamos la activación de los dos sistemas de lectura de las emociones. Primero se activaría el SNE, que le permitiría sentir por un instante el mismo dolor emocional que ve en la cara de su esposa, lo que denominamos empatía emocional. A continuación veríamos activarse los circuitos cerebrales de análisis y búsqueda de soluciones al problema laboral, lo que se conoce como empatía cognitiva.
Los investigadores han descubierto que la UTP erige una nítida frontera entre las emociones del “yo” y las del “otro”. Esto impide que los procesos mentales del hombre se vean afectados por las emociones de los demás, lo que fortalece su capacidad de buscar cognitiva y analíticamente una solución. Es normal, por tanto, que el cerebro del marido pase por alto el tono desesperado de la voz de su esposa y su expresión dolorida, puesto que la UTP está buscando la solución a problema que ella plantea y el SNE ya no está activado. Una vez que encuentra la solución, se la expone a su mujer. Ella escuchará la respuesta analítica que le ofrece su esposo con el convencimiento de que éste, ni entiende su estado de ánimo ni le importa. Pero está equivocada.
A él sí le interesan las emociones de su mujer, lo que ocurre es que está atrapado en los circuitos cerebrales masculinos, de la misma manera que ella está atrapada en los femeninos. Por su parte el SNE del cerebro femenino malinterpreta la expresión facial impasible del marido. “Bueno, pero en la cara no se le nota que le importe”, suelen responder las mujeres en esta situación. Y eso tiene que ver con otra diferencia entre unos y otras, que es la forma de expresar lo que se siente. Desde la infancia, los hombres aprenden que la apariencia de frialdad y la ocultación de los miedos son las leyes tácitas de la masculinidad. Y para que un hombre consiga adoptar una pose de seguridad y fortaleza, debe entrenar los músculos faciales con el fin de ocultar el miedo.
Como los músculos faciales están controlados por los circuitos emocionales del cerebro, los científicos han hecho varios descubrimientos sobre las emociones al estudiar estos músculos. Colocaron electrodos en el músculo de la sonrisa, el cigomático de hombres y mujeres, así como en el músculo del enfado y el ceño, el corrugador. Los investigadores registraron la actividad eléctrica de los músculos mientras los participantes del estudio veían fotografías emocionalmente provocadoras. Para sorpresa de los científicos, los hombres, después de ver una cara emotiva durante 20 centésimas de segundo (tan fugazmente que era algo todavía inconsciente) eran más reactivos emocionalmente que las mujeres.
A medida que se desarrollaba el experimento, a los 2.5 segundos (bien entrado ya el procesamiento consciente), los músculos faciales de los hombres respondían menos emocionalmente que los de las mujeres. Los investigadores concluyeron que los hombres conscientemente (o al menos semiconsciente) inhibían la expresión facial de las emociones. En cambio, los músculos faciales de las mujeres reaccionaban más emocionalmente tras 2.5 segundos.
Según los investigadores, esto indica que los hombres se han entrenado, tal vez desde la misma infancia para disimular o desactivar automáticamente las emociones faciales. De hecho la cara de póquer de los hombres es uno de los motivos por los que las mujeres tienden a sentirse “emocionalmente incomprendidas”. Sin embargo, reservarse los sentimientos llega a ser algo automático para los hombres. Como ellos utilizan en más medida la UTP, no comprenden que las mujeres dediquen tanto tiempo a hablar de sus emociones en una espiral que, a menudo, intensifica su malestar.
Las hormonas sexuales pueden ser parcialmente responsables de estos distintos estilos emocionales: Los circuitos masculinos emplean más testosterona y vasopresina; los femeninos, más estrógenos y oxitocina. Se han investigado como reaccionan los cerebros cuando se les administran hormonas del otro sexo. Se ha descubierto que cuando los hombres reciben una sola dosis alta de oxitocina (una hormona que las mujeres fabrican en mayor cantidad, sobre todo al dar a luz y durante el periodo de lactancia), se incrementa su capacidad de interpretar empáticamente los sentimientos de los demás. En otro estudio independiente, los investigadores administraron a mujeres dosis altas de testosterona y observaron que se volvían mentalmente más analíticas y resolutivas durante un tiempo.
Lo que muchas mujeres critican de sus compañeros(“modo robot, actitud poco emotiva, falta de apoyo”) es, en realidad, consecuencia de una UTP bien ajustada, realzada con un nivel alto de testosterona. Y lo que muchos hombres critican de sus compañeras (“exceso de emotividad, incapacidad de pensamiento objetivo”) es consecuencia directa de un SNE funcional y de un elevado nivel de oxitocina.
Al final resulta que cada género tiene una función complementaria moldeada por millones de años de evolución. Se trata de un punto e partida que nos predispone a ciertos comportamientos, pero que no nos determina. De hecho el conocimiento de los entresijos del cerebro puede ayudar, tanto a hombres como a mujeres, a sentir más intimidad, compasión y valoración mutua. Una comprensión que puede ser el factor más importante para crear un auténtico equilibrio entre los sexos.

martes, 31 de mayo de 2011

Carta del Jefe Seattle al presidente de los Estados Unidos



El presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce, envía en 1854 una oferta al jefe Seattle, de la tribu Suwamish, para comprarle los territorios del noroeste de los Estados Unidos que hoy forman el Estado de Wáshington. A cambio, promete crear una "reservación" para el pueblo indígena. El jefe Seattle responde en 1855.
JEFE SEATTLE

El Gran Jefe Blanco de Wáshington ha ordenado hacernos saber que nos quiere comprar las tierras. El Gran Jefe Blanco nos ha enviado también palabras de amistad y de buena voluntad. Mucho apreciamos esta gentileza, porque sabemos que poca falta le hace nuestra amistad. Vamos a considerar su oferta pues sabemos que, de no hacerlo, el hombre blanco podrá venir con sus armas de fuego a tomar nuestras tierras. El Gran Jefe Blanco de Wáshington podrá confiar en la palabra del jefe Seattle con la misma certeza que espera el retorno de las estaciones. Como las estrellas inmutables son mis palabras.
¿Cómo se puede comprar o vender el cielo o el calor de la tierra? Esa es para nosotros una idea extraña.

Si nadie puede poseer la frescura del viento ni el fulgor del agua, ¿cómo es posible que usted se proponga comprarlos?

Cada pedazo de esta tierra es sagrado para mi pueblo. Cada rama brillante de un pino, cada puñado de arena de las playas, la penumbra de la densa selva, cada rayo de luz y el zumbar de los insectos son sagrados en la memoria y vida de mi pueblo. La savia que recorre el cuerpo de los árboles lleva consigo la historia del piel roja.

Los muertos del hombre blanco olvidan su tierra de origen cuando van a caminar entre las estrellas. Nuestros muertos jamás se olvidan de esta bella tierra, pues ella es la madre del hombre piel roja. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas; el ciervo, el caballo, el gran águila, son nuestros hermanos. Los picos rocosos, los surcos húmedos de las campiñas, el calor del cuerpo del potro y el hombre, todos pertenecen a la misma familia.

Por esto, cuando el Gran Jefe Blanco en Wáshington manda decir que desea comprar nuestra tierra, pide mucho de nosotros. El Gran Jefe Blanco dice que nos reservará un lugar donde podamos vivir satisfechos. Él será nuestro padre y nosotros seremos sus hijos. Por lo tanto, nosotros vamos a considerar su oferta de comprar nuestra tierra. Pero eso no será fácil. Esta tierra es sagrada para nosotros. Esta agua brillante que se escurre por los riachuelos y corre por los ríos no es apenas agua, sino la sangre de nuestros antepasados. Si les vendemos la tierra, ustedes deberán recordar que ella es sagrada, y deberán enseñar a sus niños que ella es sagrada y que cada reflejo sobre las aguas limpias de los lagos hablan de acontecimientos y recuerdos de la vida de mi pueblo. El murmullo de los ríos es la voz de mis antepasados.

Los ríos son nuestros hermanos, sacian nuestra sed. Los ríos cargan nuestras canoas y alimentan a nuestros niños. Si les vendemos nuestras tierras, ustedes deben recordar y enseñar a sus hijos que los ríos son nuestros hermanos, y los suyos también. Por lo tanto, ustedes deberán dar a los ríos la bondad que le dedicarían a cualquier hermano.

Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestras costumbres. Para él una porción de tierra tiene el mismo significado que cualquier otra, pues es un forastero que llega en la noche y extrae de la tierra aquello que necesita. La tierra no es su hermana sino su enemiga, y cuando ya la conquistó, prosigue su camino. Deja atrás las tumbas de sus antepasados y no se preocupa. Roba de la tierra aquello que sería de sus hijos y no le importa.

La sepultura de su padre y los derechos de sus hijos son olvidados. Trata a su madre, a la tierra, a su hermano y al cielo como cosas que puedan ser compradas, saqueadas, vendidas como carneros o adornos coloridos. Su apetito devorará la tierra, dejando atrás solamente un desierto.

Yo no entiendo, nuestras costumbres son diferentes de las suyas. Tal vez sea porque soy un salvaje y no comprendo.

No hay un lugar quieto en las ciudades del hombre blanco. Ningún lugar donde se pueda oír el florecer de las hojas en la primavera o el batir las alas de un insecto. Mas tal vez sea porque soy un hombre salvaje y no comprendo. El ruido parece solamente insultar los oídos.

¿Qué resta de la vida si un hombre no puede oír el llorar solitario de un ave o el croar nocturno de las ranas alrededor de un lago?. Yo soy un hombre piel roja y no comprendo. El indio prefiere el suave murmullo del viento encrespando la superficie del lago, y el propio viento, limpio por una lluvia diurna o perfumado por los pinos.

El aire es de mucho valor para el hombre piel roja, pues todas las cosas comparten el mismo aire -el animal, el árbol, el hombre- todos comparten el mismo soplo. Parece que el hombre blanco no siente el aire que respira. Como una persona agonizante, es insensible al mal olor. Pero si vendemos nuestra tierra al hombre blanco, él debe recordar que el aire es valioso para nosotros, que el aire comparte su espíritu con la vida que mantiene. El viento que dio a nuestros abuelos su primer respiro, también recibió su último suspiro. Si les vendemos nuestra tierra, ustedes deben mantenerla intacta y sagrada, como un lugar donde hasta el mismo hombre blanco pueda saborear el viento azucarado por las flores de los prados.

Por lo tanto, vamos a meditar sobre la oferta de comprar nuestra tierra. Si decidimos aceptar, impondré una condición: el hombre blanco debe tratar a los animales de esta tierra como a sus hermanos.

Soy un hombre salvaje y no comprendo ninguna otra forma de actuar. Vi un millar de búfalos pudriéndose en la planicie, abandonados por el hombre blanco que los abatió desde un tren al pasar. Yo soy un hombre salvaje y no comprendo cómo es que el caballo humeante de hierro puede ser más importante que el búfalo, que nosotros sacrificamos solamente para sobrevivir.

¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales se fuesen, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu, pues lo que ocurra con los animales en breve ocurrirá a los hombres. Hay una unión en todo.

Ustedes deben enseñar a sus niños que el suelo bajo sus pies es la ceniza de sus abuelos. Para que respeten la tierra, digan a sus hijos que ella fue enriquecida con las vidas de nuestro pueblo. Enseñen a sus niños lo que enseñamos a los nuestros, que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen en el suelo, están escupiendo en sí mismos.

Esto es lo que sabemos: la tierra no pertenece al hombre; es el hombre el que pertenece a la tierra. Esto es lo que sabemos: todas la cosas están relacionadas como la sangre que une una familia. Hay una unión en todo.

Lo que ocurra con la tierra recaerá sobre los hijos de la tierra. El hombre no tejió el tejido de la vida; él es simplemente uno de sus hilos. Todo lo que hiciere al tejido, lo hará a sí mismo.

Incluso el hombre blanco, cuyo Dios camina y habla como él, de amigo a amigo, no puede estar exento del destino común. Es posible que seamos hermanos, a pesar de todo. Veremos. De una cosa estamos seguros que el hombre blanco llegará a descubrir algún día: nuestro Dios es el mismo Dios.

Ustedes podrán pensar que lo poseen, como desean poseer nuestra tierra; pero no es posible, Él es el Dios del hombre, y su compasión es igual para el hombre piel roja como para el hombre piel blanca.

La tierra es preciosa, y despreciarla es despreciar a su creador. Los blancos también pasarán; tal vez más rápido que todas las otras tribus. Contaminen sus camas y una noche serán sofocados por sus propios desechos.

Cuando nos despojen de esta tierra, ustedes brillarán intensamente iluminados por la fuerza del Dios que los trajo a estas tierras y por alguna razón especial les dio el dominio sobre la tierra y sobre el hombre piel roja.

Este destino es un misterio para nosotros, pues no comprendemos el que los búfalos sean exterminados, los caballos bravíos sean todos domados, los rincones secretos del bosque denso sean impregnados del olor de muchos hombres y la visión de las montañas obstruida por hilos de hablar.

¿Qué ha sucedido con el bosque espeso? Desapareció.

¿Qué ha sucedido con el águila? Desapareció.

La vida ha terminado. Ahora empieza la supervivencia.

FIN