lunes, 8 de febrero de 2010

III. LA POLARIDAD FORMANDO – FORMADOR


La filosofía básica de la Terapia Gestáltica
es la de la diferenciación e integración de la naturaleza.
Fritz Perls5.
Esta es la esencia de la formación, donde el formando y el formador son una polaridad que se integra y se diferencia desde la teoría hasta la práctica, donde el fluir del proceso formativo lleva al sinergismo y a contactos nutritivos, alternando con la diferenciación entre Maestro y alumno, en un proceso continuo de crecimiento en que el apoyo ambiental se transforma en autoapoyo6.
La teoría de la Terapia Gestalt requiere la capacidad de ser vivenciada, considerando todas las dimensiones del ser humano (pensamiento, sentimiento, emociones, espiritualidad, cuerpo), más que de acumular datos sólidamente comprimidos en la memoria. Esto conlleva a la citada co-responsabilidad entre formando y formador, aceptando ambos que el proceso requiere hábilidades para responder.
La Formación Teórica de un Psicoterapeuta Gestáltico requiere del formador la habilidad de hacer cierta la definición de Perls de que “enseñar es mostrar que algo es posible”, y la sentencia zen de que “el organismo es más sabio que la mente, porque la mente es parte y el organismo, totalidad”. Se trata de transmitir una teoría con todo lo que el formador es.
La Formación de un Psicoterapeuta Gestáltico cumple el Ciclo de Existencia (nacimiento y muerte de una gestalt): la llegada de un estudiante y su graduación. En este Ciclo se da el aprendizaje de lo posible a través del descubrimiento, y descubrir significa quitar la cubierta para que aparezca algo nuevo. ¿Qué es nuevo cada día de la formación, en cada sesión de trabajo y en cada lectura?, ese es el compromiso del formando: ser un descubridor de sí mismo, de la teoría y de su propia orientación y estilo.
Los Psicoterapeutas Gestálticos somos seres-en-el-contexto-terapéutico. No buscamos, no tenemos propósitos. Vivimos la teoría y la práctica de la psicoterapia sabiéndola un hecho científico, y nos acercamos a ellas fenomenológicamente, tal cual lo hacemos con el trabajo personal de nuestros procesos. Fluimos a través de cada autor y cada concepto, con nuestra capacidad de vivir lo que está Aquí y Ahora.
Para los Psicoterapeutas Gestálticos, formarnos significa la habilidad de manejar en nosotros, las polaridades equilibrio – desequilibrio, integración – desintegración, orden – desorden, permitiendo que se sedimenten los conceptos y, a su vez, retarlos a cada momento, viviendo y asimilando (no introyectando) lo aprendido. Fluyendo hacia nuevas formas de aprendizaje, hacia nuevos encuentros teóricos, creando nuestro propio lenguaje científico, y desarrollando nuestras potencialidades como investigadores de teorías científicas para enriquecer nuestro fondo. Este proceso ha de vivirlo cada formando como una experiencia particular, personal y propia, es el camino hacia la madurez: alcanzar el autoapoyo como psicoterapeutas.
“Y entonces, ¿no marchan los caminos de la creación terapeútica paralelos a los de la creación poética?. El terapeuta, valiéndose de lo que ahí está, ayuda a crear - ¿o recrear? - con su fantasía, trazos pictóricos, musicales, dramáticos, y a veces, ¿por qué no?, hasta de sainetes o comedias, con el objeto de estimular en el otro la posibilidad de diseñar nuevos cánticos de vida”. Guillermo Feo.
1 Ginger, Serge y Anne. (1993). La Gestalt: una terapia de contacto. México: Editorial. El Manual Moderno, S.A. de C.V. pp 58.
2 Salama, Héctor y Villarreal, Rosario. (1992, 2da. Edición). El Enfoque Gestalt. Una psicoterapia humanista. México: Editorial. El Manual Moderno, S.A. de C.V. pp 2-3.
3 Perls, Frederick (1993, 10ma. Edición). Dentro y fuera del tarro de la basura (autobiografía). Santiago de Chile: Editorial Cuatro Vientos. pp
4 Se trata en los aportes de la Fenomenología. pp 2.
Perls, Frederick (1966).Terapia Gestálticos y las potencialidades humanas. En John Stevens. Esto es Gestalt. Santiago de Chile: Editorial Cuatro Vientos. pp 24. 5
6 Idem, pp 24.

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